Traumas en los más pequeños.

Los traumas en la infancia han sido históricamente olvidados y silenciados en épocas pasadas, sobre todo por los que son ahora adultos, les ha costado años a los mismos entender y conseguir una conciencia empática hacia los más pequeños y el posible sufrimiento infantil. 

Siempre que se escucha la palabra trauma infantil se alude a un nivel emocional y mental, un suceso que normalmente de gran gravedad que deja a la persona con  marcada de por vida, o algo que les sucede a los más pequeños donde pueden vivir circunstancias de pobreza, problemas socioeconómicos vulnerables. 

E incluso podrían darse casos de abuso sexual, negligencia y maltrato físico, y son situaciones que verdaderamente tienen más gravedad dejando a la persona con secuelas de por vida. 

Es necesario tener  siempre presente una observación de los niños, ya que muchas veces suele haber 

 respuestas en ciertas situaciones que puede servir de gran ayuda para comprender a los más pequeños, como por ejemplo problemas como la hiperactividad, o incluso ser demasiado pasivos. Puede haber todo tipo de estímulos y reacciones incluso llegando al extremo donde el niño en su vida tuvo que sufrir eventos como que el padre golpeaba la madre), normalmente ver este tipo de situaciones en ellos puede generales la solución frente a ciertos problemas, por ejemplo le podríamos asociar con que la violencia es la solución a los problemas o incluso cuando se sube el tono de voz el se pone a llorar. 

Pero por otro lado , no únicamente tienen por que ser todo traumas relacionado con situaciones negativas en las que el niño consigue conductas erróneas, también se puede dar el caso de situaciones en las que creen que son beneficiarias para el niño pero verdaderamente se le está enseñando una solución errónea. Un buen ejemplo podría ser la sobreprotección de los padres a sus hijos, este tipo de situación podría generar en el niño un estado donde verdaderamente el teniendo a alguien que le resuelva los problemas por el puede serle para su punto de vista un beneficio, pero únicamente con ello se consigue que el niño no desarrolle las herramientas suficientes para la resolución de problemas de manera independiente. 

Aunque a día de hoy se tenga más normalizado los traumas y problemas psicológicos infantiles, aún queda mucho trabajo por delante, sobre todo en la manera de educar de los padres frente a los hijos, ya que son los principales generadores de los traumas y problemas infantiles. Es necesario que se le de más visibilidad a este tipo de problemas para que los principales educadores tengan más conciencia a la hora de criar a sus hijos y el niño no se vea frustrado cuando vaya creciendo y vaya siendo más consciente de donde radican sus comportamientos. 

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