Muchos de los pedagogos educativos están de acuerdo que la mejor forma que los más pequeños aprendan, es aquella que les resulte agradable y satisfactoria en su aprendizaje.
El juego suele actuar en el niño como una actividad de construcción para su conocimiento, sobre todo es sus etapas sensorio-motriz y preoperacional. Es el medio que posibilita que se ejercite la iniciativa y se desarrolle la inteligencia.
Se considera que el desarrollo de los juegos está relacionada con el desarrollo evolutivo del niño, es función, estimulo y formación de desarrollo infantil, consiguiendo así un desarrollo de sus capacidades físicas e intelectuales, pero también le ayuda a plantear y resolver problemas relacionados con la vida cotidiana y la convivencia.
Todo juego requiere un proyecto previo, ya que es necesaria una modificación de imágenes, o objetos para que puedan ser usados en ámbitos fuera del aula, donde el niño se muestre con constante alegría y disfrute.
El juego infantil se manifiesta en la niñez de tres formas: juego ejercicio, juego simbólico y juego regalado.
El primero de ellos surge tras adquirir las habilidades para poder superar dificultades.
Los primeros juegos se realizan sobre el propio cuerpo; mirar una y otra mano; juntar y separa manos, es decir la manipulación de los objetos del medio, por lo que estos ejercicios lúdicos no perteneces únicamente a la etapa donde no tiene desarrollado la habilidad verbal.
Una etapa senso-motora, el juego adquiere de forma simbólica una acomodación que es la imitación y especialización asimilativa de lo que sería un juego educativo.
Su segunda característica y forma consiste en un simbolismo colectivo, el grupo de niños juega de una forma correcta. Normalmente aquí se hace un juego de roles y no juegan de manera individual. Consiste en conjugar dos perspectivas del juego distintas, la perspectiva actual, que por medio de la ficción recrea lo que está sucediendo en el momento. Supone un desdoblamiento del niño y la creación de otras perspectivas diferentes, muchas veces el niño suele confundirse fácilmente. Esto puede ayudar a los niños a comprender distintos puntos de vista diferentes a los suyos, junto con esto, también se puede diferenciar lo real de lo imaginario y muchas veces el niño menor de cuatro años puede confundirse fácilmente. Pero debido es esto es por lo que puede ir creciendo su desarrollo intelectual.
Por último su tercera característica, son los juegos regalados, donde el desarrollo evolutivo del niño pasa de un estado inicial donde es el centro de todo a un estado donde consigue un punto de vista más general y no se centra tanto en el mismo.
Este tipo de juego es donde los niños son mas sociales e incorporan actividades más lúdicas. Es la culminación de los procesos lúdicos y se consagra en su máxima expresión.
Resumiendo, el juego cumple un rol esencial en la formación de la personalidad de los más pequeños, donde se desarrolla de manera más amena su inteligencia y sus destrezas sociales. Sirve también como equilibrio entre su afectividad y socialización. Brinda unas herramientas a la sección educativa como un medio de aprendizaje para el desarrollo integral del niño.
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Referencia bibliográfica:
Zapata, O. A. (1995). Aprender jugando en la escuela primaria. Editorial Pax México.
Zapata, O. A. (1995). Aprender jugando en la escuela primaria. Editorial Pax México.
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